La nueva sede del Real Club de Golf El Prat se ubica en unos terrenos con ligera pendiente rodeados por zonas lineales de bosque de pinos y bancales. El proyecto de la sede del club y los edificios anexos se concibe según el criterio de respeto e integración en el conjunto del paisaje, de accesibilidad, comunicación y centralidad respecto al campo de juego.
El programa del edificio central de la Casa-Club se basa en un minucioso estudio de la topografía y se desarrolla en dos niveles; se entierra la zona de servicio (depósito y área de almacén) y se concentra en el centro la zona técnica y de instalaciones no visibles desde el exterior. Con este criterio, desde toda la fachada se disfruta de la vista sobre el paisaje.
Se accede al edificio desde la planta superior -al final de la zona boscosa destinada a aparcamiento- a través de un gran vestíbulo de donde comienza el eje longitudinal de distribución del edificio y en sus laterales se distribuyen las funciones más representativas del club social. En un lado están la sala de juegos, un bar con gran terraza con pérgola, salones de fiesta y restaurante y, en el otro, los ambientes destinados a oficinas y administración.
Desde el vestíbulo, mediante una escalera abierta, se accede a un espacio de doble altura y al vestíbulo de la planta inferior que se orienta transversalmente respecto al edificio de forma que se abre a las dos orientaciones opuestas al paisaje. Esto permite el acceso a la zona de vestuarios de los socios resuelto con gran generosidad y que funciona como zona de aposento y encuentro. Cada uno tiene integrado una zona de estar, sauna, masaje y una pequeña piscina cubierta. En este nivel se ubica el aparcamiento de los coches eléctricos y los palos de golf, un pequeño bar y un gimnasio.
El edificio anexo se compone por una zona de vestuarios para los visitantes, el bar de verano y un edificio para los niños y se adosa a un muro -que parte del edificio central- adaptándose al terreno y asumiendo una configuración escalonada en planta para suavizar el impacto en el paisaje. También actúa de filtro hacia la zona de aparcamiento y la zona de la piscina descubierta.
El conjunto está organizado en tres niveles que corresponden a ámbitos funcionales distintos; la zona de la piscina principal -con una zona verde adyacente- comprende unas cocinas conectadas al edificio central, un bar exterior y los vestuarios por socios de planta simétrica respecto al acceso con zona masculina y femenina. Entre ambas hay una zona de baño, otra de descanso y las cabinas al fondo.
Mediante un salto de cota se independiza la piscina para menores de quince años y se integra un área de juegos al aire libre con una pérgola de madera donde los padres podrán reunirse con sus hijos para comer juntos.
La última zona alberga el edificio para los niños donde en la parte adosada al muro se distribuyen las áreas de servicio (baños, cocina, vestuarios e instalaciones) mientras que la sala de juegos, separada de la sala de televisión, abre a las vistas del bosque. En la zona infantil también hay una pequeña piscina.
Los materiales empleados son el ladrillo blanco y la cuarcita verde y se acentúa la integración del edificio en el contexto con la horizontalidad del conjunto.