El Parque de l'Escorxador es consecuencia de un concurso de ideas convocado en 1981 por el Ayuntamiento de Barcelona para urbanizar el solar liberado del antiguo matadero general de Barcelona. Trasladado a mediados de los años 60 fuera de la ciudad. Está situado en el límite occidental del Eixample Cerdà y ocupa una superficie de seis hectáreas, equivalente a cuatro manzanas de la trama Cerdà.
La consideración del “espacio libre como espacio fundamentalmente urbano”, definido por una envolvente construida, ejerce tensiones diferentes sobre cada uno de los límites que forman el solar ocupado por el nuevo parque. Esta envolvente construida está formada por la trama del antiguo núcleo suburbano de Sants y las tres fachadas incompletas del Eixample Cerdà, y, aunque su ocupación está perfectamente planificada, no ocurre así en la definición de la fachada arquitectónica frente al parque.
La renuncia a ofrecer una fachada desde el parque motiva un hundimiento del nivel interior de éstos, dos metros por debajo de la rasante de las calles. Sólo a lo largo de la calle Vilamarí y frente al eje de la calle Consell de Cent aparece un edificio de planta baja, dispuesto en forma de pabellones con cubierta a diferentes niveles y porches que se abren al parque. Este edificio está en medio de un lago de agua lineal entre el bosque y la acera de la calle Vilamarí.
El parque, como metáfora de ciudad, también ofrece una lectura a través de sus cambios en sección, que se adaptan a la topografía del solar, organizándose en terrazas: la más alta acoge la escultura monumental de Miró. En las intermedias, una serie de espacios para deporte y actividades sociales se van desplegando acompañados por una malla regular de palmeras. En la parte más baja, una serie de pinos plantados de forma irregular crean una sucesión de espacios tranquilos e íntimos.
