Intro

Sobre el proyecto

En esta primera etapa, el catálogo se focaliza en la arquitectura moderna y contemporánea proyectada y construida entre el 1832 –año de edificación de la primera chimenea industrial de Barcelona que establecemos como el inicio de la modernidad– hasta la actualidad.

El proyecto nace con el objetivo de hacer más accesible la arquitectura tanto a los profesionales como al conjunto de la ciudadanía por medio de una web que se irá actualizando y ampliando mediante la incorporación de las obras contemporáneas de mayor interés general, siempre con una necesaria perspectiva histórica suficiente, a la vez que añadiendo gradualmente obras de nuestro pasado, con el ambicioso objetivo de comprender un mayor período documental.

El fondo se nutre de múltiples fuentes, principalmente de la generosidad de estudios de arquitectura y fotografía, a la vez que de gran cantidad de excelentes proyectos editoriales históricos y de referencia, como guías de arquitectura, revistas, monografías y otras publicaciones. Asimismo, tiene en consideración todas las fuentes de referencia de las diversas ramas y entidades asociadas al COAC y de otras entidades colaboradoras vinculadas con los ámbitos de la arquitectura y el diseño, en su máximo espectro.

Cabe mencionar especialmente la incorporación de vasta documentación procedente del Archivo Histórico del COAC que, gracias a su riqueza documental, aporta gran cantidad de valiosa –y en algunos casos inédita– documentación gráfica.

El rigor y el criterio de la selección de las obras incorporadas se establece por medio de una Comisión Documental, formada por el Vocal de Cultura del COAC, el director del Archivo Histórico del COAC, los directores del Archivo Digital del COAC y profesionales y otros expertos externos de todas las Demarcaciones que velan por ofrecer una visión transversal del panorama arquitectónico presente y pasado alrededor del territorio.

La voluntad de este proyecto es la de devenir el fondo digital más extenso sobre arquitectura catalana; una herramienta clave de información y documentación arquitectónica ejemplar que se convierta en un referente no solo local, sino internacional, en la forma de explicar y mostrar el patrimonio arquitectónico de un territorio.

Aureli Mora i Omar Ornaque
Directores arquitecturacatalana.cat

credits

Quiénes somos

Proyecto de:

Impulsado por:

Directores:

2019-2024 Aureli Mora i Omar Ornaque

Comisión Documental:

2019-2024 Ramon Faura Carolina B. Garcia Francesc Rafat Antoni López Daufí Joan Falgueras Anton Pàmies Mercè Bosch Josep Ferrando Fernando Marzá Aureli Mora Omar Ornaque

Colaboradores Externos:

2019-2024 Lluis Andreu Sergi Ballester Helena Cepeda Inès Martinel Maria Jesús Quintero

Con el soporte de:

Generalitat de Catalunya. Departament de Cultura

Entidades Colaboradoras:

ArquinFAD

 

Fundació Mies van der Rohe

 

Fundación DOCOMOMO Ibérico

 

Arxiu Mas

 

Basílica de la Sagrada Família

 

Museu del Disseny de Barcelona

 

EINA Centre Universitari de Disseny i Art de Barcelona

Diseño y Programación:

edittio Nubilum
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Te invitamos a ayudarnos a mejorar la difusión de la arquitectura catalana mediante este espacio, donde podrás proponernos obras, aportar o enmendar información sobre obras, autores y fotógrafos, además de hacernos todos aquellos comentarios que consideres. Los datos serán analizados por la Comisión Documental. Rellena sólo aquellos campos que consideres oportunos para añadir o subsanar información.

El Arxiu Històric del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya es uno de los centros de documentación más importantes de Europa, que custodia los fondos profesionales de más de 180 arquitectos, cuya obra es fundamental para comprender la historia de la arquitectura catalana. Mediante este formulario, podras solicitar copias digitales de los documentos de los que el Arxiu Històric del COAC gestiona los derechos de explotación de los autores, además de aquellos que se encuentren en dominio público. Una vez realizada la solicitud, el Arxiu Històric del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya te hará llegar una estimación del presupuesto, variable en cada casuística de uso y finalidad.

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Memoria

Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, más allá del meramente deportivo y urbanístico, representaron para la ciudad la recuperación de su historia, que se interrumpió en 1936. Ha sido el suceso de mayor trascendencia de los últimos tiempos, gracias al cual la ciudad ha recuperado su antiguo esplendor. Por eso se rebautizó el Estadio Olímpico con el nombre del presidente mártir, Lluís Companys.

De esa voluntad de unión con el pasado nació la idea de reconstruir el pabellón español que la República encargó para la Exposición Internacional de París de 1937. Dicho pabellón representó un acto de la República, ya en plena Guerra Civil.

En él se expresó todo lo que la República representaba para una gran parte de los ciudadanos, con la participación de los más importantes artistas españoles, que realmente lo eran a nivel mundial: Picasso con su Guernica, hecho expresamente para el edificio, El campesino catalán en revuelta de Joan Miró, Montserrat de Julio González, la Fuente de Mercurio de Calder, y el edificio de Josep Lluís Sert, con la colaboración de Luis Lacasa por encargo directo del Gobierno de Madrid.

Se nos encomendó tal obra a pesar del poco material de que se disponía, pues, debido a la urgencia con la que se construyó, no se realizó un proyecto arquitectónico ad hoc. Sólo teníamos algunas fotografías, material ciertamente necesario pero que nada nos ilustraban, por ejemplo, sobre determinados materiales ni sobre los colores. El conocimiento de la obra de Sert, la interpretación de la documentación encontrada tanto en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid como en la Fundación Joan Miró de Barcelona y la lógica constructiva fueron las herramientas de las que nos servimos para reconstruir el pabellón.

El ministro de cultura de la época, Jorge Semprún, se comprometió a que en el transcurso de los Juegos el Guernica auténtico ocuparía el mismo lugar en el muro que en ese evento. No ocurrió así y el muro quedó vacío. Por respeto a la obra de Picasso, dejamos la pared de color gris, lo que más abunda en el cuadro, y sobre ella la firma de Picasso en blanco (conviene recordar que el Guernica nunca fue firmado).

El proyecto se inscribe en los cánones del racionalismo del GATPAC, de acuerdo con los momentos en los que se hizo. Responde a un rectángulo de 28,8 por 10,8 y 12 metros de altura. Todo el edificio se adecua perfectamente a esta modulación.

Por todos es conocido el uso al que estaba destinado el pabellón tal y como lo construyó Josep Lluís Sert, es decir, como un pequeño escaparate estructurado en torno a un itinerario unidireccional, mediante el cual se podía ver el contenido programático que se exhibía.

Se accede a él por unos escalones que nos conducen al patio, prenda mediterránea por excelencia, y en el que se desarrollaron innumerables actos culturales. A través de una rampa, combinada con una escalera, se alcanza el nivel superior. Esta parte del edificio se aparta de los cánones más clásicos del primer racionalismo y apunta a formas orgánicas que poco después Alvar Aalto se eleva a característica propia dentro del racionalismo.

Desde el interior y siempre por recorridos prefijados, se va descendiendo hasta llegar a la puerta del primer piso, desde donde se sale al exterior, para bajar una escalera que deposita el visitante al final del recorrido.

El edificio, por sus características arquitectónicas, parecía destinado a un uso similar al original de París y, consecuentemente, debía ser posible realizar exposiciones de arte, por lo que nuestra reconstrucción se vio en la obligación de dotarlo de las instalaciones modernas: eléctricas, aire acondicionado, ascensor y un sótano, donde se pudieron colocar todas las máquinas que tal puesta al día exigía.

Autor: Espinet/Ubach, Arquitectes i Associats

El emplazamiento original del pabellón español estaba en París, en la av. Del Trocadéro. La superficie total era de unos 1400 metros cuadrados en un terreno irregular, en pendiente y con un árbol en el centro que era imposible sacar. Se trata de una estructura rectangular de planta baja más dos pisos con cubierta plana. La planta baja comunicaba con un patio, que realizaba las funciones de auditorio y se podía cubrir con una lona. En la primera planta se accedía mediante una escalera y en la segunda con una rampa, ambas exteriores, pero también había un acceso vertical dentro del edificio. El pabellón se construyó prácticamente como un contenedor vacío, con paredes móviles que se podían cambiar en función de las necesidades de cada momento. Se construyó con elementos prefabricados, como paneles de fibrocemento ondulado o vidrio, unidos en seco dentro de una estructura de acero, que queda a la vista, pintada de color blanco y rojo.

Antes de entrar en el pabellón, en el exterior, estaba la gran escultura "El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella" de Alberto Sánchez, y también "La Montserrat" de Julio González y "Femme au vase" de Pablo Picasso. La fachada estaba cubierta de fotomurales móviles diseñados por Josep Renau. En el interior, La mitad de la planta baja estaba ocupado por el pórtico, donde se encontraba el "Guernica" de Picasso. Delante de la pintura, en el centro del pórtico, estaba la "Fuente de Mercurio" de Alexander Calder. En este nivel estaba el servicio de información a los visitantes y la venta de postales y otras publicaciones, además del teatro que se ubicaba en el patio. La primera planta estaba destinada a la información con paneles de las actividades económicas, riqueza nacional, estadísticas, agricultura, educación…, la segunda planta estaba dividida longitudinalmente con paneles móviles y estaba destinada a las artes plásticas y artes populares. En la escalera de acceso entre la primera y la segunda planta se podía ver el gran mural de Joan Miró "El campesino catalán en revolución".

En 1937 se realizó la Exposición Internacional de París y los encargados de realizar el pabellón de España fueron los arquitectos Josep Lluís Sert y el madrileño Luis Lacasa. La producción audiovisual fue encomendada a Luis Buñuel. El objetivo del edificio era denunciar la situación de guerra que sufría España para conseguir ayudas internacionales en la defensa de la República contra el fascismo.

Se construyó muy rápidamente y con muy pocos medios, por lo que se hizo uso de elementos prefabricados muy rápidos de montar. El pabellón se llenó de múltiples obras de arte de vanguardia, como el "Guernica" de Picasso, "El Labrador catalán" de Miró, la "Fuente de Mercurio" de Carders o "El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella" de Alberto Sánchez. También se realizaron proyecciones cinematográficas, conciertos, recitales y representaciones teatrales.

Una vez terminada la Exposición Internacional se desmontó el pabellón, pero en 1992 la ciudad de Barcelona decidió reconstruirlo en el barrio de la Vall d'Hebron. Los encargados de realizar la réplica fueron los arquitectos Antoni Ubach, Miquel Espinet y Josep Maria Hernández León. Desde 1994 alberga la Biblioteca del Pabellón de la República que tiene un archivo con uno de los fondos más importantes del mundo sobre la Segunda República, la Guerra Civil, el exilio, el franquismo y la Transición española; también tiene un importante fondo sobre sovietismo y sobre historia política internacional del siglo XX.

Fuente: Inventari del Patrimoni Arquitectònic de Catalunya (IPAC)

Autores

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Constelación

Cronología

  1. Reconstrucción del Pabellón de la República

    Espinet/Ubach, Arquitectes i Associats, Miquel Espinet i Mestre, Antoni Ubach i Nuet

    Reconstrucción del Pabellón de la República

    Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, más allá del meramente deportivo y urbanístico, representaron para la ciudad la recuperación de su historia, que se interrumpió en 1936. Ha sido el suceso de mayor trascendencia de los últimos tiempos, gracias al cual la ciudad ha recuperado su antiguo esplendor. Por eso se rebautizó el Estadio Olímpico con el nombre del presidente mártir, Lluís Companys. De esa voluntad de unión con el pasado nació la idea de reconstruir el pabellón español que la República encargó para la Exposición Internacional de París de 1937. Dicho pabellón representó un acto de la República, ya en plena Guerra Civil. En él se expresó todo lo que la República representaba para una gran parte de los ciudadanos, con la participación de los más importantes artistas españoles, que realmente lo eran a nivel mundial: Picasso con su Guernica, hecho expresamente para el edificio, El campesino catalán en revuelta de Joan Miró, Montserrat de Julio González, la Fuente de Mercurio de Calder, y el edificio de Josep Lluís Sert, con la colaboración de Luis Lacasa por encargo directo del Gobierno de Madrid. Se nos encomendó tal obra a pesar del poco material de que se disponía, pues, debido a la urgencia con la que se construyó, no se realizó un proyecto arquitectónico ad hoc. Sólo teníamos algunas fotografías, material ciertamente necesario pero que nada nos ilustraban, por ejemplo, sobre determinados materiales ni sobre los colores. El conocimiento de la obra de Sert, la interpretación de la documentación encontrada tanto en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid como en la Fundación Joan Miró de Barcelona y la lógica constructiva fueron las herramientas de las que nos servimos para reconstruir el pabellón. El ministro de cultura de la época, Jorge Semprún, se comprometió a que en el transcurso de los Juegos el Guernica auténtico ocuparía el mismo lugar en el muro que en ese evento. No ocurrió así y el muro quedó vacío. Por respeto a la obra de Picasso, dejamos la pared de color gris, lo que más abunda en el cuadro, y sobre ella la firma de Picasso en blanco (conviene recordar que el Guernica nunca fue firmado). El proyecto se inscribe en los cánones del racionalismo del GATPAC, de acuerdo con los momentos en los que se hizo. Responde a un rectángulo de 28,8 por 10,8 y 12 metros de altura. Todo el edificio se adecua perfectamente a esta modulación. Por todos es conocido el uso al que estaba destinado el pabellón tal y como lo construyó Josep Lluís Sert, es decir, como un pequeño escaparate estructurado en torno a un itinerario unidireccional, mediante el cual se podía ver el contenido programático que se exhibía. Se accede a él por unos escalones que nos conducen al patio, prenda mediterránea por excelencia, y en el que se desarrollaron innumerables actos culturales. A través de una rampa, combinada con una escalera, se alcanza el nivel superior. Esta parte del edificio se aparta de los cánones más clásicos del primer racionalismo y apunta a formas orgánicas que poco después Alvar Aalto se eleva a característica propia dentro del racionalismo. Desde el interior y siempre por recorridos prefijados, se va descendiendo hasta llegar a la puerta del primer piso, desde donde se sale al exterior, para bajar una escalera que deposita el visitante al final del recorrido. El edificio, por sus características arquitectónicas, parecía destinado a un uso similar al original de París y, consecuentemente, debía ser posible realizar exposiciones de arte, por lo que nuestra reconstrucción se vio en la obligación de dotarlo de las instalaciones modernas: eléctricas, aire acondicionado, ascensor y un sótano, donde se pudieron colocar todas las máquinas que tal puesta al día exigía.

Audiovisual

  • El pavelló de la República - Va passar aquí | betevé

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